El primer rayo de sol que entró por la ventana le hizo despertar. Miró a su alrededor desorientado mientras empezaba a sentir los primeros resquicios de lo que tenía pinta de que iba a ser una inmensa resaca y allí, tumbada a su lado encontró una silueta desnuda de pelo corto y espaldas anchas. “¿Quién coño es este tío?” Pensó. “No me acuerdo de una mierda”.
Y mientras intentaba incorporarse para mirar la cara de su acompañante de alcoba, la silueta de pelo corto y espaldas anchas se giró, dejando ver una cara angelical llena de maquillaje corrido que iba acompañada de dos inmensas tetas.
Y al revés de la canción de mecano, él no era sterosexual, ni tenía ningún remordimiento por pensar que había acabado la noche con un tío, si no alguien que utilizaba el alcohol para desinhibir su aprendida heterosexualidad y esta vez, le había salido el tiro por la culata.