Mes: diciembre 2017

  • El amante más fiel

    El amante más fiel

    Willy era el mejor amante que había tenido en toda su vida. Le comía el coño como nadie, metiéndole la lengua en zonas que ningún otro había llegado, la follaba incansablemente haciéndola sentir una verdadera puta, la sodomizaba sin mediar palabra y ella, recibía esa gran polla sin rechistar, le ponía tan cachonda aquella situación de sumisión… Willy era el amante perfecto y lo mejor de todo es que solo estaba a un silbido de ella.

    Haber domesticado tan bien a aquel perro por fin le daba placenteros frutos.

    Juanma Vázquez

  • Los absurdos castigos sexuales

    Los absurdos castigos sexuales

    “El otro día mi novio me enfadó mogollón con este tema, así que le tengo castigado una semana sin sexo”, ¿quién no ha escuchado una frase parecida a esta alguna vez? Yo desde luego la he escuchado más veces de la que me gustaría, y me ha hecho reflexionar.

    ¿Por qué castigamos las mujeres a los hombres sin mantener relaciones cuando nos enfadamos? Entiendo que si hay un problema en la pareja, o la otra persona te ha hecho tener algún sentimiento negativo no te apetezca mantener ese tipo de relación íntima con él; aunque aún en este caso yo soy de las que prefiere follar con desprecio, pero este no es el tema.

    ¿De verdad renunciar al sexo supone un castigo para él? ¿quedarte tú también con las ganas es una buena estrategia? Y ¿acaso soluciona algo no mantener relaciones? Para mi este tipo de prácticas son un sin sentido que no lleva a ningún lado. Para empezar es un comportamiento profundamente machista, ya que nace de la idea aprendida de que son ellos los que siempre tienen ganas, y nosotras, en nuestra sumisión, cedemos a sus deseos haciéndoles tan bonito favor, aunque nos resulte casi desagradable. Lo siento chicas pero no cuela, las mujeres tenemos los mismos niveles de deseo y necesidad que los hombres, sin matices, por mucho que esté penado socialmente admitirlo, nosotras también somos unas “salidas” y es maravilloso.

    Para seguir, si tienes algún problema con tu pareja, dejar de acostaros no va a hacer que se solucione, por el contrario, la relación seguramente se vuelva más tensa y las decisiones que toméis estarán condicionadas por la frustración sexual que los dos estáis acumulando. Es bien sabido por todos que después de un buen polvo las cosas se ven y se hablan de otra manera. Tras un acercamiento físico es más fácil que haya otro mental. Con esto no quiero decir que solucionéis todos los problemas en la cama sin más, pero al menos no penséis en el extremo contrario. Como en casi todo, la comunicación es lo verdaderamente determinante, por eso no hay que ponerle obstáculos, además, el sexo es una manera preciosa de comunicación.

    Sigo sin entender por qué elegir una práctica que te perjudica a ti misma. Dejando a un lado su efectividad, no veo el hilo lógico de un castigo que te perjudica a ti de la misma forma que lo hace al supuesto individuo que se “lo merece”. Lo más probable es que esta decisión desencadena en ti toda una corriente contradictoria en la que te mueres de ganas por tener encuentros sexuales pero que no puedes cumplir porque tú misma has renunciado a ellos, ¿soy la única que cree que esto no nos lleva a ninguna parte?

    Para terminar, ¿acaso las mujeres somos las madres y responsables de la educación de nuestras parejas masculinas? ¿quién eres tú para establecer un castigo? Estas prácticas son consecuencia evidente de la ética del cuidado en la que se nos socializa a las mujeres. Nos pensamos unas segundas progenitoras de nuestras parejas y por lo tanto desarrollamos comportamientos de educación, cuidado y castigo, lo que es muy peligroso. Nuestra pareja debe ser nuestro igual y nuestro compañero sin más, y no debemos pensar que tenemos la autoridad moral para modificar su conducta a través del palo y la zanahoria.

    Después de todo lo dicho, sólo me acabe afirmar que la abstinencia sexual como castigo que siguen ejerciendo muchas mujeres no hace más que reafirmar el machismo, alejarnos de una sexualidad sana y natural que nos ayude a acercarnos y que debería ser sustituidas, desde mi punto de vista, por procesos de comunicación sincera y respetuosa.

    Azalí Macías

    Imagen: http://conceptodefinicion.de/

  • Palique sexual

    Palique sexual

    Aza: ¿Tienes algún fetichismo? por pequeño o idiota que parezca

    Juanma: Si, soy un fan muy loco de las bocas. Me fijo muchísimo en los labios, los dientes, la lengua… Me pone muy muy cachondo ver una buena sonrisa picarona o morder unos labios carnosos. Además de esto, diría que soy bastante loco de los cuellos y los hombros. Otras dos zonas que me causan especial atracción. Me pone muy cerdo ver/morder/tocar/oler un cuellito sugerente.
    ¿Fantasías que te queden por realizar?

    Aza: pues la más importante es el trío con dos chicos que interactúen entre ellos, es complicado lo sé, pero ha sido protagonista de muchas de mis masturbaciones, de todas formas, soy de las que piensan que las fantasías no siempre hay que cumplirlas. En cualquier caso, si pasa, te/os contaré.

    ¿Prefieres 5 polvos rápidos o 1 en condiciones?

    Juanma: 1 en condiciones siempre. Y con todo lujo de detalles. Soy un tío muy disfrutón al que le gusta mucho regodearse en cada cosa que hace. Me gusta comer coño un buen rato, masturbar, jugar, tocar, etc. Nunca he sido muy del «aquí te pillo aquí te mato» aunque nunca me amarga un dulce claro.

    ¿Cuál ha sido la peor situación que has vivido follando?

    Aza: como ya hablamos en Cosas que pasan todos tenemos historias con deslices o situaciones inesperadas, pero con el tiempo las recuerdas con una sonrisa. Por eso, sin duda, los peores recuerdos sexuales que tengo son de cuando he tenido sexo sin feeling. Esos polvos que echas por autoestima, por soledad o por aburrimiento, las cosas no fluyen y piensas: ¿qué hago yo chupándosela a este tío? O: con lo a gusto que estaría yo en mi casa… para mí, lo peor del sexo es cuando me deja fría.

    ¿Te has sorprendido alguna vez corriéndote pensando en alguna situación o persona?

    Juanma: Sí y también poniéndome cachondo con cosas inusitadas. Me he hecho pajas pensando en mil mierdas y además, tengo la cosa de que si estoy cachondo, me vale todo. Cómo ejemplo diré que me he llegado a hacer una paja viendo a Paz Padilla en Sálvame, con la voz quitada eso sí.

    ¿Qué es lo que más te gusta dentro del amplio mundo del follercio?

    Aza: todas esas situaciones en las que pienso: pero mira que eres puta (en el buen sentido), cuando me sorprendo a mí misma atragantándome con una polla mientras se me cae la baba, o cuando alguien me está comiendo el culo y yo me estoy tocando sin ser ni si quiera consciente… para concretar un poco, lo oral me vuelve loca. Una buena comida de coño supera a cualquier otra cosa que puedan hacerme y desplegar mis artes felatorias es de las cosas que más me hacen mojarme.

    ¿Cuál es tu mayor tabú sexual?

    Juanma: No tengo nada que no me atreva a hacer o probar. Soy abierto y creo que estoy dispuesto a casi todo, pero si que es verdad que el tema de mi culo todavía está ahí…en stand by. Por ejemplo, quiero que me coman el culo pero….¿cómo consigo algo así? Es complicado tratar esos temas con según qué personas y por el momento no me ha sido fácil.

    ¿Hay algo físico/estético con lo que no puedas o te cueste lidiar?

    Aza: pues… cuando estoy cachonda todo vale, lo físico pasa a un segundo plano una vez tienes las piernas abiertas y la entrepierna húmeda, aunque es verdad que el tema de los pelirrojos….me cuesta mucho, el vello púbico claro en general. No tengo ni idea de porqué, pero me da un poco de cosilla.

    ¿prefieres una peli porno o un libro erótico?

    Juanma: Pues depende de para que. Si es para hacerme una paja así de calentón… porno. Si es para regodearme un poquito prefiero lectura. De todas maneras, lo que más cachondo me pone son los relatos autobiográficos. Qué me narren bien descrito un encuentro sexual me pone cerdísimo.

    ¿Qué te falta para dar el paso y probar un coño?

    Aza: sólo un coño dispuesto a que lo lama. Me muero de ganas, aunque desconozco el proceso para hacer que se me ofrezca.

    ¿Te casarías conmigo como compi de aventuras y reflexiones sexuales?

    Juanma: sólo si prometes comerme el ano con amor.

  • Húmedos sonidos

    Húmedos sonidos

    Soy una fetichista de los sonidos, los susurros, el sonido de los besos, los gemidos, las respiraciones entrecortadas… ufff sólo de pensarlo me pongo mala y muy mojada. No sé si tiene un nombre o si hay alguna asociación, pero me declaro presidenta.

    Desde que tengo uso de razón erótica, el tema auditivo ha sido determinante para mí. El porno puede ser lo más excitante del mundo, pero si no puedo escucharlo pierde la gracia. Me he masturbado una cantidad enorme de veces escuchando a mis vecinos o parejas cercanas follar, incluso cuando la pareja en sí no me ponía nada o no me gustaba su relación, pero la melodía que forman dos cuerpos en comunicación sexual es superior a mí. Una de mis fantasías más repetidas para acariciarme y llevarme al orgasmo es imaginar que alguien me mira tocarme y me habla, las palabras que imagino en cada momento me han llevado a los orgasmos más intensos.

    Me pasa incluso conmigo misma, mis propios gemidos, susurros, gritos y onomatopeyas me excitan. En algunas ocasiones incluso lo utilizo para levantar un polvo que va mal. Escuchar mis sonidos, aun cuando son fingidos, tiene un poder electrizante en mí misma, y cuando me escucho la tensión sexual aumenta de manera automática. Por no hablar del sonido de mi abundante flujo vaginal, pocas cosas en el mundo son tan excitantes como ese chof chof que suena cuando escuchas con atención tu coño. Es impresionantemente excitante notar como su ardor se multiplica al escuchar ese sonido, que además es cada vez más evidente y claro por haber sido consciente de él. Soy una adicta a escuchar lo mojada que estoy.

    Pero no soy tan ególatra, lo que más me pone son los sonidos ajenos. Cuando aún vivía con mis padres se mudó una pareja de jóvenes ardientes al piso de arriba, y tenían su dormitorio justo encima del mío, por lo que me masturbaba en cada una de las muchas ocasiones que ellos follaban como celebración de su amor. Llegué incluso a masturbarme con el ruido de sus obras pensando que era su colchón y no la sierra la que vibraba.

    Recuerdo con excitación un fin de semana que pasé en un hotel con mi exnovio. Él pensaba que estábamos de competición sexual con la pareja de la habitación de al lado, cuando en realidad lo que pasaba es que yo no podía evitar chupársela y restregarme contra él cada vez que la pareja del otro lado de la pared comenzaba la fiesta. Cualquier indicio auditivo de que había algún tipo de acercamiento sexual, destapaba mi deseo como un corcho de una botella de champagne.

    El sexo es una experiencia que debería disfrutarse con los cinco sentidos, y en ocasiones sólo nos centramos en la vista y el tacto. Daos la oportunidad de hacer la experiencia mucho más completa y compleja. Dejad que vuestro cuerpo os descubra como el placer es mucho más poliédrico, un sabor, un olor y, por supuesto, un sonido, pueden elevarte a la cima del placer de una manera brutal, además de experimentar con la maravillosa sensación de sentir cosas que habíamos pasado por alto.

    Seguidme susurrando, gritando, gimiendo y estimulándome los oídos que yo seguiré afinando uno de mis órganos sexuales favoritos: las orejas.

    Azalí Macías

    Imagen: www.quo.es

  • Vendetta facial

    Vendetta facial

    Siempre exigía la corrida en la cara y aunque casi ningún tío se negaba a dársela, alguno se quejaba por no poder acabar nunca en otro lado.

    Él nunca contó el motivo a ninguno de sus amantes, siempre les decía que era porque le gustaba sentir el semen en la cara, pero la verdadera razón de esas corridas faciales era el poder joder a su madre, esa que tanto le había torturado por ser gay y a la que ahora le acercaba restos de corrida de hombre a la cara cada vez que la besaba en modo de saludo después de haber tenido una buena ración de sexo homosexual.

     

    Juanma Vázquez

  • Pollas vs Chochos

    Pollas vs Chochos

    Para empezar este artículo tengo que hacerlo con un gran GRACIAS, por vuestras aportaciones y dibujos de pollas y coños. Aunque a partir de ahora suene seria y penséis que os doy caña quiero que quede claro que todo lo haré desde el más profundo agradecimiento.

    Dicho esto, viene la bronca, ¿qué os pasa con los coños, COÑO? ¿Por qué salen perdiendo los genitales femeninos? ¿tan difícil es dibujar un coño? No he visto tantas complicaciones y excusas cuando os pedimos que dibujarais una polla, eso lo hacéis sin pensar, casi no tenéis que mirar el papel, es que se mueve el boli solo, pero ¡ay amigos! cuando tenemos que dibujar un buen chochete, todo son nervios, dudas, borrones y líneas que no llevan a ninguna parte.

    He de decir en vuestra defensa, que como casi siempre, parte de esta culpa es de nuestra socialización. Hemos nacido en un mundo donde las pollas tienen un icono claro, simbólico y connotado de una forma tan positiva que es lo primero que nos sale cuando alguien nos dice: dibuja algo. En cambio, los coños sobreviven velados de tabús y connotaciones negativas como ya expliqué en el artículo de Coño’s Project, y eso se nota hasta a la hora de dibujar.

    Además del desigual número de dibujos recibidos de uno y otro lado hemos sacado algunas conclusiones de este pequeño estudio que nos habéis ayudado a construir:

    Con respecto a las pollas:

    • La inmensa mayoría están empalmadas y descapulladas (y eso que no vivimos en un país con tradición circuncidadora)
    • Los trazos son sencillos y certeros
    • Casi ningún dibujo representa una polla real si no un concepto
    • Casi nadie nos ha pintado una polla enmarcada en su contexto corporal
    • Transmiten fuerza y poder

    Con respecto a los coños:

    • Se suelen enmarcar en el cuerpo, pintando todas las partes de alrededor
    • Son dibujos complejos
    • No dan para tanta commedia
    • Hay partes confusas o incompletas
    • Transmiten una idea de misterio y sacralidad

    Tras este análisis no nos ha quedado otra que embarcarnos en la maravillosa aventura de intentar crear un icono comparable al de la polla pero para los coños. Estamos trabajando en crear un dibujo simbólico que con unas pocas líneas represente a todas las personas que tenemos un clítoris, labios mayores y menores, uretra, vagina y horquilla. Es cierto que las mujeres tenemos un icono de las tetas, pero no es igual de potente ni igual de justo.

    Os mantendremos al tanto de los avances del proyecto y os agradecemos cualquier sugerencia o dibujo que nos enviéis a: sexoyloquesurjablog@gmail.com

    Azalí Macías

  • Entrevista a Pamela Palenciano

    Entrevista a Pamela Palenciano

    Estamos acostumbrad@s a escuchar a Pamela Palenciano hablando sobre violencia machista, desigualdad y patriarcado, pero en esta ocasión nos ha concedido el lujo de escucharla/leerla hablando sobre sexualidad y embarazo, y es igual de interesante y de impactante que su monólogo “No solo duelen los golpes”.

    ¿A que altura del embarazo la situación influye en la vida sexual?

    Yo he tenido sólo un embarazo. Mi embarazo fue muy deseado y muy buscado, nos quedamos embarazados en menos de un año.

    Yo soy madre de Lía, mi hija de corazón, a la que estoy cuidando desde los dos años. Cuando mi hija cumplió unos siete años, le dije a Iván que Lía me había hecho sentir algo que yo no me esperaba, porque yo siempre había dicho que nunca iba a ser madre biológica, pero me despertó el deseo de querer conocer esa etapa del embarazo.

    Mi embarazo fue muy deseado, muy abierto, muy currado previamente, por lo que a nivel sexual no tuve nunca una influencia de algo negativo. Nada como lo que dicen: es que estás embarazada y entonces no puede relaciones sexuales coitales porque como está la criatura ahí el pene le da en la cabeza… yo no tuve esa sensación nunca.

    En la mía no, pero sé de otras mujeres que han pasado momentos muy difíciles, hasta el punto de pensar que el embarazo es una enfermedad y no han tenido relaciones sexuales de ningún tipo durante el embarazo y la cuarenta, pero en mi caso, no he tenido ningún problema.

    ¿Es una cuestión física, psicológica o emocional?

    Yo creo que es una cuestión física, psicológica, emocional y hormonal, es todo para mí. El embarazo me movió todo, lo psicológico, lo emocional, lo físico, lo hormonal. Me vi más guapa que nunca, me vi más sexy que nunca, me encantaban mis uñas, mi pelo que se me puso super bonito y sedoso, la piel… yo disfruté mucho de mi embarazo, aunque sé que no es lo común. Mi parto fue una mierda, pero mi embarazo fue la hostia, y me encantó toda la etapa. No tuve nauseas, no recuerdo malestar, de dolores… al revés, recuerdo todo como muy positivo y muy bonito

    ¿Cómo influyen los cambios hormonales en la libido? ¿y los físicos?

    A mí la libido me subió mogollón. Yo soy muy monógama y muy fiel con mi pareja, no me atraen todos los cuerpos y todos los seres a nivel sexual, aunque sí que veo a todo el mundo muy guapo y muy atrayente, pero a mi pareja cuando lo veía me ponía como una moto siempre. Tuve orgasmos increíbles durante mi embarazo.

    Me gustó mucho sentir esa libido, porque además tenía la oxitocina hasta arriba y tenía una sensación de amor en el cuerpo brutal y super bonita. Me influyó mucho y me encantó. Me volvería a quedar embarazada, pero como no quiero seguir criando porque ya tengo bastante no lo hago, pero la verdad es que fue la hostia.

    ¿Crees que hay suficiente información sobre este tema?

    No. Hay muy poca información sobre este tema, hay mucho tabú sobre el embarazo y la sexualidad y con el parto. Hay mucha información oculta todavía, yo siento que hay mucho poder. Yo recuerdo mucho poder en mí. Recuerdo poder en muchas cosas, poder de creatividad, de pensamiento; yo tuve ideas y razonamientos de entendimiento del mundo que JODER ¡qué lucidez te da estar embarazada!

    Creo que hay muy poca información, y la poca que hay la manejan mucho en el primer mundo. En otros países las mujeres no manejan el poder de la información, sí manejan la información, pero no el poder. Son mujeres que son de comunidades y pueblos: las parteras, las matronas, que manejan una información muy potente pero no saben cómo poder trasladarla al mundo porque no tienen el acceso al poder.

    A mí quien me apoyó muchísimo fue María Llopis que es todo un referente. Escribió un libro sobre maternidades subversivas, habla mucho sobre el sexo y el embarazo o el porno y el embarazo. Somos amigas, es un amor de mujer y me ayudó mucho, de hecho, fue mi doula: me acompañó durante cuatro sesiones antes de parir y me ayudó mucho, de verdad.

    ¿La información que has encontrado ha sido a través de amigas y familiares?

    Fue a través de amigas, y de amigas que yo considero familia. Como mi amiga Sandra que es una doula maravillosa, que hace acompañamiento a mujeres en el parto y en el postparto. Ella me pasó mucha información, a través de ella llegué a María Llopis.

    Siempre lo que he conocido ha sido a través de amigas, también es verdad que yo tengo amigas muy feministas, amigas muy conscientes del mundo y muy abiertas. Al final es una información que manejan y la pueden compartir. Es cierto que en mi familia de origen no había esta información, mi madre flipó cuando la conté todo esto.

    Mi madre me pasó información desde su conocimiento, de lo que había pasado con sus dos embarazos (el mío y el de mi hermana). Mi madre me transmitió también mucha paz y sosiego. Me ayudó a entender lo que me estaba pasando, qué me podía pasar. Trabajé mucho el tema de si la genética influía en si iba a tener un parto rápido. Hablé mucho con mi madre, de sus experiencias y de embarazos en los que ella había acompañado.

    A mí me gustó mucho la experiencia. Ahora hablo más de crianza que de embarazo, porque al final con las criaturas te enredas. Pero recuerdo mi embarazo como una etapa muy bonita. Me reí mucho. Me gustó esa lucidez y ese cambio hormonal en mí, pero sé que eso no es lo común, que también hay vivencias de embarazos terribles, de angustia, de dolor, de asco, de cansancio, también conozco esas malas experiencias lamentablemente.

    ¿Hay alguna ventaja sexual en el embarazo?

    La ventaja sexual en el embarazo es que no usas condón. Aunque como soy monógama y sé cómo estamos mi pareja y ya no usamos condón. Sé de otras personas que van a tener relaciones con gente que no conocen y se ponen el condón.

    Yo recuerdo, que, aunque con el preservativo también se disfruta, esa sensación de no tener que parar en ningún momento, que me gustó mucho.

    Por otro lado, me recomendaron hacer ejercicios los días antes del trabajo de parto. Mi ginecóloga te aconsejaba tener relaciones sexuales para ayudar a la dilatación y al movimiento pélvico. Así que dices, me lo recomiendan voy con todo y me lo pongo de tarea. Sí, fue para mí una ventaja.

    Además, yo sentía un placer que disfrutaba mucho, por las hormonas o por lo que fuera. Eso es una ventaja, sentir el orgasmo en tres dimensiones, me moló mucho.

    ¿Qué te hizo falta que te contaran y que nadie lo hizo?

    Me contaron muchas cosas, tuve información de todos los lados… pero a mí me hubiera gustado más que me hubieran remarcado lo de seguir mi intuición, sobre todo en el parto, que cuando yo dije hasta aquí fuera hasta aquí, por más que la ginecóloga, una doula o mi propia pareja y mi propia madre me dijeran: vamos a intentar tal cosa…

    En el momento del parto, como estás ahí que te duele…. No, en ese momento si ella dice que puede seguir sigue y si ella te dice que quiere la cesárea es por algo. Hay que confiar más en las mujeres en ese momento, porque no estamos exagerando, porque cada una sabe sus límites y eso me faltó. Me lo contaron, pero me faltó que me lo remarcaran más. Yo ahora miro hacia atrás y pienso: si hubiera hecho caso a mi intuición me hubiera ahorrado mucho sufrimiento en las muchas horas que tuve de parto.

    Yo tuve una época en la que quería hacerme doula, aunque lo he ido dejando porque sigo con el teatro. Las que hemos parido, tenemos que estudiar y revisarnos algunas cosas porque tenemos mucha capacidad de acompañar a otras porque ya has pasado por ahí. Al final, el ser experta en algo es tener experiencia, y cuando la has tenido puedes hablar de eso.

    ¿Qué le contarías a alguien que se acaba de quedar embarazada?

    Depende de cómo se haya quedado embarazada, porque no le puedo decir lo mismo a una tía que lo ha buscado mucho y que es un embarazo súper deseado que a alguien que se ha quedado y no quería, son cosas muy distintas, porque no sé si se lo van a vivir igual. Puede ser que sí, que luego la cosa fluye y piensas: no quería, pero ¡qué pasada!

    Yo les diría lo de seguir su intuición, que se dejaran llevar por esas cosas que son muy instintivas. Hay un instinto ahí que a mí se me asemeja con lo animal, con lo primario. Algo que te dice muchas cosas, al final es la intuición que tú manejas cuando no estás embarazada también. Esa intuición humana, en el embarazo a las mujeres se nos sube el volumen y es muy fuerte. Por eso yo le diría: hazle caso a tu intuición y disfruta todo lo que puedas y vívetelo cómo quieras. Si te lo quieres vivir mal de puta madre, si quieres vivir 9 meses en la queja, en el sufrimiento y en el dolor de puta madre. Es muy legítimo. Tampoco te estoy hablando de un embarazo happy happy para todas. Cada una que se lo viva como quiera y como pueda, porque hay muchas complicaciones en los embarazos también, muchas vivencias jodidas.

    No hay tanto poder, cuando te dicen: el poder está en ti, vívetelo bien, y hay veces que tienes que decir: lo estoy intentando y no puedo. No está todo el poder en mí, hay un contexto y unas circunstancias, hay una experiencia que no puedo vivir de otra manera.

    No te estoy diciendo con todas mis respuestas que haya que tener un embarazo happy happy. Así fue el que yo me viví y me gusta hablar de mi experiencia porque sé que tampoco hay muchas referencias positivas sobre esto, pero sé que hay otras experiencias que son terribles y no se puede vivir bien.

    Por eso, a cada mujer que se quede embarazada yo tendría algo que decirle en su singularidad. No les podría decir a todas lo mismo. Yo puedo contarles mi experiencia, pero se lo contaré diferente a unas que a otras para no influir, porque yo me acuerdo que estando embarazada todas las que lo habían estado tendían a contarme sus partos y sus embarazos y yo decía: no es momento de escuchar tanta información, porque te satura, te influye, te comes la cabeza después…

    Después del parto, ¿qué consecuencias has tenido? Físicas, emocionales, psicológicas, médicas.

    Yo tuve un parto muy chungo y fue lo que me trajo consecuencias, no mi embarazo. Hay mujeres que tienen un embarazo malísimo, pero luego un parto estupendo, pero a mí me pasó al revés.

    Tuve un parto muy malo porque la que fue mi ginecóloga que era amiga mía; hoy tengo nula relación con ella porque me dolió mucho que no me haya pedido perdón y haya reconocido que la ha cagado, no sólo conmigo, también con otras mujeres, llevándonos al límite, porque era muy de la idea del parto natural. Yo estoy de acuerdo con ese tipo de parto.

    Creo que hay cesáreas innecesarias, creo que la cesárea se inventó para una rapidez de los hombres, hay posturas del parto que se hicieron para el disfrute de los médicos, sobre todo médicos hombres… pero, creo que también la cesárea se inventó por algo, también hay mujeres que se han muerto en el parto natural, o sus criaturas.

    Mi parto fue muy largo, de muchas horas. Yo estaba muy cansada, no pude sostenerme de pie. El trabajo de parto es mucho para una persona. En mi singularidad, que me vivo las cosas muy intensas y le pongo mucho ahínco a cada emoción, es como que hubiera vivido el doble. Mi parto se llevó al límite, mi hijo se cagó dentro cuando llevaba 24 de parto; la pediatra dijo que no podíamos esperar mucho a que mi hijo naciera porque era peligroso, porque había meconio en la bolsa; pero la ginecóloga que me atendió no quería cesárea, decía que siguiéramos y mi hijo nació 4 horas después.

    Al final ella se asustó porque ya eran muchas horas, yo ya estaba dilatada de 10 cm, pero el niño estaba atascado y por más que yo empujara no salía. Al final fue una cesárea de urgencia y fea, todo con mucha prisa, un silencio en la sala raro, me tuvieron que dormir porque yo sentía… hay muchos interrogantes que tengo que nadie me ha explicado, tan solo un médico de El Salvador me hizo una hipótesis de lo que podía haber pasado.

    Reconozco que mi hijo y yo estuvimos muy cerca de la muerte. Reconozco que sufrí violencia obstétrica en los momentos más vulnerables de mi vida. Recuerdo parir en la postura que no quería parir, que era tumbada, pero no podía estar de pie por el cansancio. Cuando empujaba mi ginecóloga me gritó, supongo que, porque estaba nerviosa, pero yo le dije que, aunque había ido a preparación al parto y sabía lo que me pedía no podía por el agotamiento.

    Después de ESE parto he tenido consecuencias muy duras en mi vida. A nivel físico, volví a tener problemas de vaginismo un tiempo que ya había superado después de la violación de mi ex durante tantos años. Tuve muchos sueños, pesadillas. Tuve mucha ansiedad. Crecieron en mí miedos, porque fue muy dura la experiencia. Desarrollé muchos sentimientos de culpa, de porqué no puede pararlo antes de llegar al límite de las cosas. Ha tenido consecuencias para mí muy jodidas.

    Hoy en día estoy mejor porque he hecho muchas terapias para poder entender porqué me pasó esto, porqué mi hijo decidió venir así al mundo, porqué yo decidí parir así. Trato de entenderlo como he entendido porqué me enamoré de un maltratador con 12 años. Pero me jode porque me pilló adulta, feminista, supuestamente más autónoma y vuelvo a tener una experiencia de violencia que no puedo parar. Al final tienes que decir, no soy omnipotente y tengo que vivir lo que me corresponde a mi modo. Pero tengo una sensación de injusticia con mi parto porque no me gustó que fuera así, sobre todo porque no me lo esperaba.

    Con un médico hombre esperas frases estereotipadas. Pero, de repente, ver que alguien en quien has confiado 9 meses, con un acompañamiento super bonito que me hizo durante mi embarazo, con una relación muy íntima, ves que está todo el parto con el Whatsapp, diciéndome tú puedes tú puedes tú puedes, pero no me explicó porque era tan largo, qué iba a pasar…. Y en el momento más jodido para mí se pone a gritarme que lo estoy haciendo mal. Eso no es acompañar a alguien en un momento tan vulnerable como el parto. Por eso tuve secuelas muy jodidas, porque al tener tanta conciencia, también hay más conciencia de las secuelas.

    Mi madre vivió conmigo violencia obstétrica. Tenía 17 años y estaba en un hospital de monjas, y la monja la llamó puta mientras estaba dilatando, además mi madre estaba sola mientras paría, porque no dejaban entrar a nadie. Yo estuve acompañada por mi amiga Andrea que me salvó y me ayudó mucho, mi pareja y mi doula que era una mujer chamana maravillosa.

    Se pueden tener consecuencias muy graves si no se acompaña en ese momento tan vulnerable de una mujer, porque es un momento muy bonito pero muy difícil. Es una simbiosis con la muerte y la vida, además es una simbiosis real porque hay mujeres y criaturas que se han muerto durante este momento y no es por gusto.

    ¿Crees que tu vida sexual será igual ahora que tienes un@ hij@?

    Mi vida sexual, después de haber explorado la maravilla del embarazo ha cambiado también a mejor. Aunque tuve la consecuencia del vaginismo, volví a tener miedo a la sexualidad y a que mi vagina se cerrara como se cerraba mi deseo, pero una vez que lo he ido superando he crecido mucho. He explorado un conocimiento introspectivo tan fuerte, tan lindo, tan bonito que ya no soy la misma porque mi sexualidad no es la misma.

    Para mí sí que el embarazo fue una experiencia de mi sexualidad. Esto es un tema muy tabú porque parece que el embarazo va a parte de la sexualidad, pero, yo sentí un placer amamantando a mi hijo brutal. Alguien puede decir que es incesto, pero no lo es. La erótica es una cosa y el placer sexual va en otra línea. No hay erótica de que vaya a tener sexo con mi hijo si no que he sentido placer dándole de mamar a mi hijo durante un año y medio, de hecho, para mí fue terrible tener que quitarle la teta, yo disfrutaba porque él disfrutaba y porque yo veía que le calmaba un montón de cosas solo con la teta.

    No se habla de que el embarazo es una experiencia de la sexualidad de las mujeres, y que la sexualidad no va a ser la misma, porque la experiencia de atraviesa el cuerpo. Si hay consciencia a la hora de atravesar toda esta etapa, tú ya después no eres la misma. A mí no me ha servido para mal, aunque mis consecuencias del parto fueran terribles, una vez que las he superado ha sido para mejor. Porque me conozco mucho más y porque he atravesado momentos muy intensos. Además, en mi caso con mi compañero de mi vida, que estuvo muy cerca de todo y nos ha posibilitado una apertura también mayor a muchas cosas.

    También sé que la mayoría de otras experiencias son mujeres que después del parto ya no viven el sexo igual. Sé que hay una mayoría de mujeres que renuncian al sexo después del parto, porque hay una historia ancestral en todo esto.

    Azalí Macías

    Imagen: http://www.huffingtonpost.es

  • Mi nueva amiga

    Mi nueva amiga

    Me estoy reconciliando con mi regla, así de simple y de bonito. Y es que, las mujeres, estamos expuestas desde la infancia a modelos de menstruación negativos. Todo lo que sabemos acerca de nuestra menstruación es que duele, es molesta, da asco, hay que mantenerla en secreto y todo tipo de mensajes negativos que hacen, que una compañera vital como esta se convierta en un supuesto castigo.

    Analizando esta situación, yo he tomado la difícil decisión de invertir esta relación, como ya hiciera con mi coño. A nivel social, nuestros propios chochos también son objeto de todo tipo de connotaciones negativas e impuras, y cuando descubres que son en realidad una parte esencial de tu cuerpo y aprendes a relacionarte con ella todo cambia y te proporciona una gran cantidad de momentos de bienestar y placer. Terminado este proceso, el siguiente paso lógico era invertir mis ideas también con mi menstruación, que no son si no un reflejo de lo anterior, y la mayor negación de la feminidad.

    Investigando un poco, descubrí, que existen casos documentados de niñas a las que se les ha proporcionado una educación positiva con respecto a su regla, hablándolas de ella como un signo de salud y un proceso necesario y equilibrante del cuerpo, naturalizándolo y creando ideas más sanas sobre el tema. El resultado es que ninguna de estas chicas desarrolló ningún tipo de dolor menstrual ni debilitamiento físico y mental durante sus reglas. Ante tal descubrimiento pensé que no era tarde para convertirme en una de ellas.

    A partir de entonces, he entrado en una nueva fase de relación conmigo misma. He repensado la regla como algo deseable, de hecho, he tenido épocas de no tener la regla durante 5 y 6 meses por problemas hormonales y os puedo asegurar que no es agradable. Tu cuerpo necesita renovarse y cumplir con los procesos y ciclos que nos conforman, y cuando esto no sucede es cuando realmente no te encuentras bien. Por lo que cada sangrado mensual es para mí toda una alegría.

    He aprendido a estar más conectada conmigo misma, y es durante los días menstruales cuando más lo consigo. He descubierto que esta parte del ciclo, lejos de ser un mal trago que hay que pasar, es en realidad una oportunidad enorme para disfrutar de ti misma. Cuando la sangre sale de mi coño para renovarme me siento más guapa, más equilibrada, en armonía conmigo y los demás y con ganas de comerme el mundo, porque soy una mujer sangrante y poderosa.

    Es complicado, pero si realmente te paras a pensar en tu regla y en cómo te hace sentir desprendiéndote de todo lo que la socialización te ha dicho que deberías sentir, descubres la cantidad de mentiras que nos atormentan sin motivos. Cuando he conseguido tener una relación totalmente sincera con mi yo menstruante me he olvidado de los dolores físicos (han pasado a ser una pequeña sensación de hinchazón que desaparece al segundo día) y mi estado de ánimo no es enfadada, ni triste, ni iracunda, al revés, me encuentro feliz, contenta y radiante.

    Queda mucho por autodescubrirnos, tenemos un duro trabajo de derribo tumbando todos los muros y cristales deformados que nos han puesto delante a la hora de mirarnos. Seamos más sinceros y más felices con nosotros y, por supuesto, con nuestras maravillosas reglas, que son el sumun de la feminidad y la salud, yo no pienso volver a la visión errónea nunca más.

    Azalí Macías

  • Quentin Guarrerastino

    Quentin Guarrerastino

    Amig@s guarreras hoy vengo a hablaros de una práctica que todos seguramente hayamos probado alguna vez y que de primeras puede que no os haya dejado muy buen sabor de boca, esta práctica no es otra que, grabarnos en video mientras follamos.

    Lo primero que quiero aclarar es que siempre que se grabe algo debe ser con el consentimiento de las dos personas, nada de grabar a traición, que hay mucho hij@ de puta suelt@ por ahí.

    Dicho esto, lo que os quiero decir hoy es que efectivamente, como habréis podido comprobar si os habéis grabado, las primeras sensaciones al ver dichos vídeos siempre son de «que patético todo». Vernos en pleno acto, con nuestros cuerpo vendidos al sexo, nuestros sentidos a disposición del sexo y nuestra mente ida por el sexo a veces es chocante. Pero os tengo que decir, que una vez pasada esa primera impresión en la que te dan ganas de borrarlo todo y olvidarte de ese mundo, se le empieza a coger el gusto y la fórmula a esto de grabar.

    Cierto es, que el menda que escribe estas líneas es un realizador titulado y frustrado y que evidentemente el mundo audiovisual me encanta. Pero aún así, este artículo no lo escribo desde mi postura de realizador. Sino de la de una persona que ha grabado vídeos que le han servido en el futuro y que a día de hoy todavía revisita de vez en cuando.

    Viendo tus vídeos de follador/a se aprende más de lo que parece y asumiendo lo que os he dicho antes, que todo lo que vas a ver y oír es de tu yo sexual y desinhibido, se puede sacar muchas cosas en claro de tus vídeos.

    Lo primero, puedes analizar con bastante precisión tus técnicas amorosas para así mejorarlas o cambiarlas si fuera necesario. Lo segundo, te conoces más a ti mismo, a tu yo sexual, ese que hace ruidos que ni imaginabas, el que pone los ojos en blanco o una cara de guarro que no se aguanta.

    Lo tercero, que revisitar el vídeo con el/la coprotagonista y echarse unas risas e incluso ponerse cachondos como perros en celo y acabar reproduciendo lo visto es muy divertido y gratificante.

    Y por último, además de todo lo anterior y algunas cosas más que se me escapan, es una fuente bastante potente de porno. A mi personalmente me encanta ver vídeos en los que salgo yo follando y siempre y cuando (repito, porque hay mucho flipado) la otra persona os autorice tener esos vídeos y demás, echarles un ojo para hacerse una buena paja es la ostia.

    En fin amigos, que lo que os vengo a decir es que os grabéis, os pongáis el vídeo en pareja y dejéis de lado esos diez minutos de vergüenza en los que quieres destruir el documento y no volver a hacer porno amateur jamás.

    Una vez hayáis conseguido esto os daréis cuenta de que el mundo del porno casero es infinito, morboso y sobre todo divertido. Buscad vuestros gustos, vuestros planos favoritos, vuestras posturas más vistosas en cámara y elaborar un documento que os haga sentiros orgullosos.

    Dadle caña, Quentins Guarrer@stinos.

     

    Imagen: https://www.estrelladigital.es/articulo/mundo/habitacion-gratis-dejas-grabar-practicando-sexo/20121004103654056415.html

    Juanma Vázquez

  • Con todo perdido

    Con todo perdido

    Tenía uno de esos días tontos en los que se sentía fea, sola y desdichada. No quería hablar con nadie, sólo meterse debajo de una manta y llorar, no valía para nada. Entonces se le vino a la mente aquella conversación sobre masturbación que había tenido unos días atrás con su amiga Lora, y con todo perdido, decidió darse una oportunidad. Aquella fue la primera vez que se tocó, la primera vez que tuvo un orgasmo, la primera vez que sonrió extasiada en años, la primera vez que invirtió su energía en hacerse bien y el día que descubrió el poder que tenía sobre ella misma.

     

    Azalí Macías