Siempre le había excitado el porno amateur. Cuanto más casero y peor grabado más se le mojaba el coño. Sus mejores orgasmos en soledad habían venido de la mano de vídeos realmente cutres. Por eso, cuando descubrió la colección de vídeos sexuales de sus padres, casi llora de emoción.
Tanto tiempo riéndose de lo mal que grababa su padre y ahora este dudoso «don» le iba a proporcionar grandes orgasmos. Ironías de la vida.
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