Experiencias Teruel existe y mis huevos también

Teruel existe y mis huevos también

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Amigas guarreras, hoy os traigo este artículo «sólo» para vosotras y es que creo que necesitáis un pequeño empujón (de forma figurada, que la literal es fea y abusiva) para acercaros un poquito más al mundo de los testículos.

He bautizado este texto como «Teruel existe y mis huevos también» porque me resulta alucinante la de veces que mis huevos pasan totalmente desapercibidos en las relaciones sexuales. Los huevos, aunque no lo creáis, son una parte importante en el terreno sexual y su estimulación proporciona un plus al asunto. Sé de buena tinta que muchas no os acercáis a ellos por miedo y respeto. Son una parte sensible del cuerpo y sé que tenéis miedo a no saber tratarlos y hacernos daño.

Para que perdáis este miedo os voy a decir dos cosas:

– La primera: Los hombres somos unos exagerados y aunque es cierto que los huevos son muy sensibles y duelen mucho cuando se dañan, no es para tanto. Sé que esto que digo es impopular, pero es así. Nos hacemos un poquito las víctimas para que veáis que nosotros también sufrimos, pero no es para tanto ni el dolor, ni el cuidado que hay que tener con los testículos.

– La segunda: los cojones son sensibles, dan placer si se los estimula correctamente y se hinchan y deshinchan según el momento. ¿A que os recuerdan?

Efectivamente, al clítoris. Amigas mías, nadie en esta vida toca mejor un clítoris que vosotras (por mucho que me joda admitirlo) asique sabéis de sobra cómo afrontar el trato que hay que darle a algo con estas características.

Quitaos los prejuicios raros de la cabeza y los escrúpulos (todo limpio y bien cuidado se puede comer con gusto) y animaos a darle más caña a los huevos.

Acercaos a ellos, tocadlos, chupadlos, estimuladlos, metedlos en vuestra boca o haced lo que os apetece u os pidan y dejad atrás el miedo a hacer daño o el pensamiento de que no nos mola que hurguéis por ahí. A casi todos los tíos nos encanta (siempre habrá alguno al que no y seguramente os lo haga saber) y aunque no lo pidamos, o no le demos importancia por desconocimiento, si les dais un buen trato nos vais a hacer gozar.

Recordad lo que os he dicho, tratáis un clítoris a las mil maravillas y es algo muy sensible y complejo, ¿Cómo no vais a saber tratar unos huevos?.

Dejad el respetito y el miedo a un lado y ¡a por ellos!.

Y por cierto, ya que estoy, después de pasaros por los huevos visitad Teruel, que también existe y es una tierra muy bonica.

Juanma Vázquez

-imagen: depositphotos

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