Amig@s guarreras hoy vengo a hablaros de una práctica que todos seguramente hayamos probado alguna vez y que de primeras puede que no os haya dejado muy buen sabor de boca, esta práctica no es otra que, grabarnos en video mientras follamos.
Lo primero que quiero aclarar es que siempre que se grabe algo debe ser con el consentimiento de las dos personas, nada de grabar a traición, que hay mucho hij@ de puta suelt@ por ahí.
Dicho esto, lo que os quiero decir hoy es que efectivamente, como habréis podido comprobar si os habéis grabado, las primeras sensaciones al ver dichos vídeos siempre son de «que patético todo». Vernos en pleno acto, con nuestros cuerpo vendidos al sexo, nuestros sentidos a disposición del sexo y nuestra mente ida por el sexo a veces es chocante. Pero os tengo que decir, que una vez pasada esa primera impresión en la que te dan ganas de borrarlo todo y olvidarte de ese mundo, se le empieza a coger el gusto y la fórmula a esto de grabar.
Cierto es, que el menda que escribe estas líneas es un realizador titulado y frustrado y que evidentemente el mundo audiovisual me encanta. Pero aún así, este artículo no lo escribo desde mi postura de realizador. Sino de la de una persona que ha grabado vídeos que le han servido en el futuro y que a día de hoy todavía revisita de vez en cuando.
Viendo tus vídeos de follador/a se aprende más de lo que parece y asumiendo lo que os he dicho antes, que todo lo que vas a ver y oír es de tu yo sexual y desinhibido, se puede sacar muchas cosas en claro de tus vídeos.
Lo primero, puedes analizar con bastante precisión tus técnicas amorosas para así mejorarlas o cambiarlas si fuera necesario. Lo segundo, te conoces más a ti mismo, a tu yo sexual, ese que hace ruidos que ni imaginabas, el que pone los ojos en blanco o una cara de guarro que no se aguanta.
Lo tercero, que revisitar el vídeo con el/la coprotagonista y echarse unas risas e incluso ponerse cachondos como perros en celo y acabar reproduciendo lo visto es muy divertido y gratificante.
Y por último, además de todo lo anterior y algunas cosas más que se me escapan, es una fuente bastante potente de porno. A mi personalmente me encanta ver vídeos en los que salgo yo follando y siempre y cuando (repito, porque hay mucho flipado) la otra persona os autorice tener esos vídeos y demás, echarles un ojo para hacerse una buena paja es la ostia.
En fin amigos, que lo que os vengo a decir es que os grabéis, os pongáis el vídeo en pareja y dejéis de lado esos diez minutos de vergüenza en los que quieres destruir el documento y no volver a hacer porno amateur jamás.
Una vez hayáis conseguido esto os daréis cuenta de que el mundo del porno casero es infinito, morboso y sobre todo divertido. Buscad vuestros gustos, vuestros planos favoritos, vuestras posturas más vistosas en cámara y elaborar un documento que os haga sentiros orgullosos.
Dadle caña, Quentins Guarrer@stinos.