Esto es una recopilación de lo que algunas generosas personas nos han contado acerca de lo que sienten al tener un orgasmo.
Además de que nos parece precioso, supone un ejercicio muy sano, tanto para quien lo escribe como para quien lo lee. Parece mentira que un proceso tan brutal y placentero sea tan desconocido para muchos.
Disfruta leyéndolo y anímate a enviarnos el tuyo a sexoyloquesurjablog@gmail.com
Para mí es una sensación de que el cuerpo se va vaciando de sangre y se va acumulando en el clítoris y los labios del coño, y cuanto más se acumula más hinchado lo noto y más sensibilidad. De ahí se pasa a una fase en la que se va tensando el cuerpo, es como que todo se pone rígido y soy incapaz de tener nada más en la cabeza que me coño, no reacciono a ninguna otra sensación. Después, cuando todo estalla, es como si desde el clítoris se mandaran señales eléctricas que se extienden por todo el cuerpo y que hace que tiemble y me retuerza sin poder controlarlo.
Para mí es la barrera que separa mi yo con ganas de mi yo relajado. Es casi un trámite, algo que tengo que hacer como necesidad biológica. A nivel de placer guardo mucho mejor recuerdo de algunos platos que he comido, de lugares que he visitado, de películas, música o cuadros que me han sobrecogido. Incluso suscribo las palabras de George RR Martin cuando Tyrion llevaba aguantándose las ganas de mear mucho tiempo y cuando al fin puede desahogarse dice «hay veces que una meada es mejor que una mujer». Así lo veo yo.
No sólo el orgasmo es cojonudo…el previo también lo es. Ese momento que te toca (o te tocas) y gimes, se te acelera el corazón, te palpita el clítoris, y te muerdes los labios …momento que no quieres que acabe nunca y que contradictoriamente estas deseando que te la meta para que llegar a lo máximo. En ese momento podrías arrancarte los pelos de cuajo que no te dolería, en tu cabeza sólo hay placer. Sudas….aunque haga un frío de cojones tu sientes calor, tu estómago se encoge, los músculos se endurecen, y te dan pequeños calambres desde los dedos de los pies hasta el último pelo de tu cabeza. Te mueves, te mueves cada vez más rápido…y cuando ya llegas al clímax abres la boca queriendo chillar, cierras los ojos y te quedas inmóvil durante unos segundos, parece que todo tu cuerpo deja de funcionar ese pequeño momento. Soooolo hay PLACER, y acto seguido una relajación inmensa. Experimentemos más orgasmos amigos, no hay nada mejor y es GRATIS.
Para mí un orgasmo es sentir que todo mi cuerpo se evade, se deja ir.. no soy yo, no hay control, sólo manda mi sexo. Un hormigueo que recorre desde mis pies hasta la cara y que se agolpa en mi vientre extendiéndose hasta mis labios. Un cosquilleo doloroso que oprime mi clítoris y en mi vagina, molesto pero gustoso que no quiero que acabe nunca. Cuando al final explota es como una descarga eléctrica que tensa cada cm de mi cuerpo para a continuación dejarlo paralizado, inmóvil mientras intento recuperar la respiración que me ha dejado exhausta, vulnerable y abandonada al placer.
Yo lo definiría como la conexión más absoluta conmigo misma, una pequeña puerta de acceso a mi pequeño Universo, ese Universo del que estamos hechos, es lo más parecido a meditar.
Primero voy experimentando las palpitaciones desde lo más profundo de mi útero y noto como van aumentando en intensidad hasta que toda mi fuerza y energía se va disipando para volver a concentrarse en mi vagina, es como una sensación de fluir de la energía desde mi último chacra hacia el primero en constante movimiento. Siento como mi mente se abstrae del exterior para dar paso a una sensación de conexión con mi mundo interior y la energía kundalini que fluye desde lo más profundo de mi ser me va envolviendo. Mi respiración se va acelerando y mis músculos se van tensando, mi garganta emite ligeros gemidos de placer que acompañan el compás del movimiento de toda la energía concentrada en mi coño, noto como los labios se van hinchando de sangre y los fluidos humedecen mi vulva, mis dientes necesitan morder labios y mis pezones se van excitando cada vez más.
Me conecto con el Universo del que formo parte y siento que toda esa energía que se ha ido concentrando en mi clítoris que está extremadamente excitado y caliente implosiona dando paso a una sensación de placer que envuelve todas las células de mi cuerpo, siento escalofríos que recorren mi piel y una sensación de placer eléctrico eleva toda la sangre y la energía liberada desde mi útero hasta mi cerebro, pasando por mi corazón que va a mil por hora y recorriendo todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo. Entonces mis músculos se relajan, mis pulmones se oxigenan dejando pasar más fácilmente el aire, todas y cada una de las células de mi cuerpo vibran en una alta frecuencia y siento esa paz, esa relajación esa sensación de formar parte de la más pura Naturaleza de las cosas, me conecto conmigo misma si estoy sola y también siento la conexión con la otra persona si he compartido ese momento con alguien.
Para mí es como una montaña rusa. Subes despacito por esa elevada rampa cuando de repente… puuuuuum. Un cosquilleo en la barriga y la cara de felicidad… no quiero que se acabe nunca, pero… se acaba. Me enciendo un piti y me vuelvo a poner en la cola de esa atracción que tanto me gusta.
Para mí es como si estallase una bomba de amor en mi pene, con la misma fuerza para afuera que para dentro porque tiene reprís.
Para mí el orgasmo es una sensación de placer y relax al mismo tiempo. Siento que me vacío y lleno a la vez y que el trabajo está terminado y bien hecho. Uno se queda muy satisfecho con un buen orgasmo.
Para mí el orgasmo lo es todo y no es nada. A veces siento un placer tremendo, otras el placer es más grande antes que durante. Lo que siempre me garantiza es descargar adrenalina, tensión y cierta parte de mala leche (¿pilláis el juego de palabras?) que se me acumula en el interior (no solo en el de mis huevos). Correrme siempre me deja en un estado de paz y relax y eso es más satisfactorio que el momento del orgasmo. No digo que correrme no me de placer, pero para mí es más significativo el aporte que te da al alma, que por unos minutos se queda en calma.
Para mí es como marcar un gol en el último minuto de descuento. Como descubrir en la nevera el último yogurt de chocolate detrás de un bote de pepinillos en vinagre. Y esa sensación de paz… qué te voy a contar… un minuto sin utilizar el cerebro para nada. No hay droga en el mercado que mejore esa sensación.
Para mí un orgasmo es un calambre en todos los nervios de mi cuerpo que hace que se me pare el cerebro por unos instantes y me lleve a alcanzar el nirvana más absoluto. Todo esto seguido de una bajona que le sigue y que es peor que la del mdma, pero más efímera.
Para mí un orgasmo es la culminación del deseo. Mentalmente sientes una fuerte atracción que ciega el resto de tus pensamientos y te da un objetivo claro y directo. Físicamente tu cuerpo se prepara poniéndote el garrote como aquella antigua moneda de 5 pesetas. Y estando en ese túnel que es el sexo, sigues adelante, a veces disfrutando el camino y sus desvíos, otras simplemente en línea recta y pisando a fondo el acelerador. El final del túnel suele ser el mismo, cierras los ojos fuerte justo antes de salir, sientes como se cumple tu deseo. Empujas con todo durante unos pocos segundos, todo ese deseo baja desde tu cabeza hasta la vanguardia y le abres las puertas de par en par. Libertad, dejas que toda esa increíble sensación vaya pasando por todo tu cuerpo, dejándote llevar hasta echar esa última bocanada de placer. Luego abres los ojos y estás fuera del túnel, la luz te molesta en los ojos, estás viajando en la parte trasera del coche. Te tumbas ocupando todo el asiento mientras piensas «pues a otra cosa».
Allí estaba él, llamando a la puerta. Todos los músculos se contrajeron, una tensión equiparable a 10000w recorrió todo mi cuerpo y se centró en el intenso y duro clítoris que con cada embestida dió paso al placer excitante de mojarse. Todo el cuerpo vibrando, las meninges sacudiendo el cerebro con la mayor pasión y este preparándose para la llegada, si, era él, era el orgasmo femenino.
Mi piel ardía, el calor era asfixiante pero no me hacía sudar, todo venía de dentro, salía hacia fuera y lo sentía rodearme como un halo, me envolvía y me hacía sentir febril. Empezó a recorrerme entonces una sensación distinta, como si unas manos suaves pasaran sus dedos por mis piernas, desde los dedos hasta las caderas y después hasta las axilas para terminar rodeándome el cuello. Fue eléctrico, una fuerte sacudida, seguida de otra más, y otra. El calor y la electricidad se expandieron por todo el cuerpo, de nuevo de dentro hacia fuera, como si quisiera salir de mí. A pesar de tener los ojos cerrados, mi visión se tornó blanca y sentí caer al vacío, como si me hundiera dentro del colchón y siguiera cayendo después. Los jadeos entrecortaban mi respiración, que tardó en volverse pausada, respiraba por la boca como un pececillo en la hierba que se bebe el aire a sorbos desesperadamente, hasta que no pude hacer otra cosa que quedarme inmóvil, envuelta todavía en el halo de calor que tardaría algunas horas en disiparse
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Menudo estreno… a ver si se anima mucha gente a compartir el suyo 😉