Amig@s guarreras, Juanma Jones de nuevo al aparato.
La semana pasada (o la anterior, tampoco vamos a ponernos exquisitos) os traje al blog una entradita contándoos un poquito que era de mi vida. Pues bien, me dejé en el tintero un tema que os quería contar y que creo que da para tener su propio espacio en este mi amado blog.
El tema no es otro que mi vuelta a los 15 años. Y no, no es porque folle durante 1 minuto cual conejo y me corra sin importarme nada más. He vuelto a mis 15 años porque de una manera un poco extraña y mosqueante….me paso el puto día empalmado. Sí amigos, así es, sin darme ni cuenta me he convertido de nuevo en un puto McLovin de la vida (si no pilláis la referencia para mi estáis muertos).
Cierto es que ahora mismo paso muchas horas al día con mi compañera de batallas y que ella me pone bastante gorrino y también es cierto que yo nunca he necesitado mucha historia para que mi pene se levante y grite “eh, que estoy aquí”. Pero aún así, lo de ahora es una cosa muy loca.
Durante un solo día puedo empalmarme y desempalmarme como 20 veces y muchas de ellas no tienen ningún tipo de motivo sexual. Me pasan sin más. Es verdad que de toda la vida, cuando estoy cansado o tengo sueño, mi cuerpo me ha respondido poniéndome la polla dura (algún día hablaré de esto que para mí es un auténtico misterio y por lo que sé, le pasa a más tíos) pero aún así, aunque no duerma demasiado y tenga compañía femenina….me parece demasiado.
Necesito ayuda, explicación o una mano en el hombro que me diga “no pasa nada campeón”, porque joder, empiezo a preocuparme. Por suerte, mi pene es una cosa normal y puedo disimular las erecciones más o menos con buen resultado, pero no mola nada estar a un palmo de tu abuela y tener la polla más dura que el puto cemento.
Tampoco es que esto sea un tema que me preocupe, ya que por otro lado valoro que mi pene y mi cuerpo en general esté en forma y tenga esta capacidad (o condena), pero pffff, a ratos me da hasta vergüenza.
Cada vez que mi chica me da un beso ya me mira con mirada aviesa a ver si ha habido erección y esto no puede ser. Que un día voy a estar en el tanatorio y voy a ir con la polla como un canto a dar el pésame. Stop polla mía, hazme el favor, que nos estamos salvando de quedar en vergüenza, pero no va a salirnos bien siempre.
En fin, esa era mi última reflexión del diario de Juanma Jones que quería comentaros así un poquito más a fondo. Espero que me deis un poquito de feedback y que me sienta arropado sabiendo que no soy el único al que le pasa.
Os quiero.