Escribo este post tumbada en mi nuevo Diván Tantra Cupido que los encantadores www.divantantra.com han tenido la amabilidad de enviarme a mi casa. Además de ser un lujazo para las relaciones sexuales es tremendamente bonito, sofisticado y cómodo.
Como ya sabréis, los divanes tantra están especialmente concebidos para darle rienda a la imaginación y a las posturas durante tus encuentros más íntimos. Las posibilidades son casi inagotables, y está tan bien diseñado, que en cualquier postura que inventes y pruebes vas a estar más cómodo que en ningún sitio. Sus formas redondeadas ayudan a tener siempre un lugar en el que apoyarte, a que tu espalda no sufra y a elevar y realzar las partes de tu cuerpo que más te interesan en estos momentos.
Todo lo anterior es mucho más importante de lo que parece, puesto que al final cuando estás incómoda no disfrutas igual de follar, estás pensando en qué te estás clavando o dónde apoyar la pierna para dejar de tenerla en vilo… en una situación así el placer pasa a un segundo plano y debería ser el protagonista sin excepción. Pero a mí se me acabaron todos estos problemas, con mi nuevo Diván Tantra Cupido he podido experimentar y disfrutar de todas las posturas que me han apetecido.
Las posibilidades de disfrutarlo en pareja son más que conocidas, existen kamasutras específicos que puedes encontrar con facilidad y poco más puedo aportar sobre este tema. Lo que me parece realmente original y me ha sorprendido son las posibilidades que ofrece en la masturbación solitaria, sí sí, has leído bien, también es un gran aliado cuando estoy sola.
¿No has ha pasado que después de una sesión de masturbación larga te ha dolido la espalda o las piernas de la tensión? No te hablo de dedos rápidos sin más, te hablo de cuando eliges un juguete (ó 2 ó 3), un gel intensificador de orgasmos y te dedicas al placer en el sentido amplio. Te acaricias, te lo vas poniendo difícil experimentando con vibraciones y sensaciones y observas todas tus reacciones. Si no lo has hecho te lo recomiendo, pero sobre todo te recomiendo que lo hagas sobre un diván tantra, porque es más fácil arquearse, más fácil llegar a más lugares (como el punto K) y más fácil que disfrutes al máximo de tu experiencia.
Para terminar de hacer de la experiencia algo totalmente placentero, pon tu diván tantra delante de un espejo, deja que sus curvas eleven tu pelvix y dejen tu cérvix mucho más expuesto. De esta manera es mucho más fácil que encuentres zonas de placer como el punto G, el punto K o el fondo del saco de Douglas. Puedes ver los cambios y reacciones de tu cuerpo, puedes aprender muchas cosas de tu cuerpo que desconocías y descubrir puntos de placer que se escapaban de tu atención cuando no tienes la postura correcta, pero que el diván tantra te ayuda a conseguir.
Para follar, para masturbarme, para leer, para trabajar con el portátil… para tantas cosas voy a usar mi nuevo diván tantra cupido que agradezco muchísimo que sea tan sumamente fácil de limpiar y de mantener. Será el rey de mi salón, de mi habitación y de mi casa.