El pasado 18 de noviembre tuvo lugar en La Tabacalera de Madrid la segunda edición del Coño’s Project, un apasionante proyecto que pretende dar visibilidad y connotaciones positivas a esta parte del cuerpo femenino tan denostada y tabuizada.
La exposición fue una oda al coño, con dibujos hechos con sangre menstrual, representaciones del clítoris (en su parte interna y externa) y la vulva, pequeñas esculturas donde poder meter los dedos, poemas… ¡toda una experiencia! Os dejo aquí una pequeña galería de algunas fotos que hice.
Para mí, y la pequeña tribu que me acompañaba, fue un momento precioso, en el que poder relacionarnos y compartir ideas y experiencias, pero me dio que pensar ¿cuántas mujeres son capaces de relacionarse así con sus propios coños? La triste realidad es que un elevado porcentaje de mujeres jamás se han visto realmente su propia vulva.
A diferencia de los genitales masculinos, los femeninos están pseudo escondidos, y no tan “a mano”, pero, desde mi punto de vista, esa no es la verdadera razón para que las mujeres estemos tan desconectadas de nuestra realidad genital. Los chochos han sido siempre un lugar supuestamente sagrado y secreto, no apto para la vida pública (como nosotras mismas) y rodeado por un velo de silencios, susurros y sentimientos de culpabilidad.
Un hombre puede hacer el helicóptero, la hamburguesa, la invertida, incluso un coño, hay millones de posibilidades, porque vosotros, con buen criterio, siempre habéis sido unos grandes conocedores de lo que las pollas y los huevos ofrecen. Desde que sois unos niños, la sociedad os permite dedicarle horas al autoconocimiento, aunque sea a través de los juegos, lo que acaba por haceros unos expertos en vosotros mismos, siendo conscientes de las reacciones, posibilidades y sensaciones que los genitales os producen ¡olé por vosotros!.
En cambio, nosotras, hemos sucumbido a convivir con una parte de nuestro cuerpo que casi no parece propia. No existen juegos ni posturas que hacer con él, no se miden ni se comparan con la de los demás, no se miran y manosean al mismo nivel que lo hacéis vosotros. Incluso en los momentos de higiene, se pasa la mano exteriormente el tiempo necesario para que no implique una afrenta a Dios.
Nuestra genitalidad es compleja, sí, ¿y qué? Para mí, esta característica la convierte en algo apasionante, divertido y revelador de grandes secretos. Existen tantos coños como mujeres, peludos, rasurados, con línea, con labios grandes o pequeños, colgantes o recogidos, con clítoris poderosos o algo más tímidos, rosas, negros, amarillos, marrones…. ¡Y todos son preciosos! No existe un coño estándar, por lo que deja de preocuparte de si el tuyo se ajusta o no.
Lo que quiero decir en realidad con todo esto, es que tenemos la obligación de mantener una relación mucho más íntima con esta preciosa parte de nuestro cuerpo. Coge un espejo, ábrete de piernas, y conoce de una vez el centro neurálgico de tu cuerpo. Observa cómo se enroje e inflama con la excitación sexual, cómo el clítoris cambia de tamaño y posición, cómo muestra poderosas contracciones durante la fase orgásmica y la de cosas que puede hacer y de las que no eras consciente.
Y ya puestas, ¿por qué no pruebas a relacionarte también con tu flujo y tu menstruación? Tendemos a pensar que los líquidos emitidos por nuestra vagina son algo contra lo que luchar porque culturalmente están connotados con el asco y lo impuro, por lo que nuestra única interacción con ellos es para limpiarlos, pero, ¿has pensado que son parte de ti, de tu yo cíclica, que te hablan de tus estados de ánimo, alimentación y salud general? ¿de dónde viene esa idea de negarnos una parte tan esencial de nosotras mismas?
La mujer es la única dotada con un órgano exclusivamente creado para el placer: el clítoris, si la evolución natural lo ha puesto ahí será por algo ¿no? El clítoris es la pequeña punta del iceberg, en su interior y alrededores alberga auténticas maravillas que nos estamos perdiendo.
Podría seguir horas escribiendo sobre los coños, sus posibilidades, sus características, sus implicaciones, el placer que implican (no siempre sexualmente hablando), los prejuicios ligados a él por desconocimiento o interés patriarcal, su capacidad para liderar revoluciones etc etc pero prefiero que tras estas líneas, seáis vosotras las que encontréis todo esto dentro de vuestro coño, y ¿por qué no? dentro del coño de otras mujeres.
Animaos a acercaros a los futuros Coño’s Project y a todos los que os rodean, siempre merece la pena.
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