Este artículo pretende ser una oda a la combinación entre sexo y menstruación. Y es que, como diría Sabina, nos sobran los motivos para defender estas situaciones. Aumenta la lubricación, todo está más hinchado y sensible (por la acumulación de sangre y de hormonas) haciendo que las sensaciones sean exponencialmente mejores, y en muchos casos, la libido femenina está por las nubes ¿qué más se puede pedir?.
Además de todos estos argumentos físicos, existen no menos razones psicológicas y emocionales. Como ya dije, la menstruación es en realidad, un momento de equilibrio y conexión con una misma. Bien gestionado, la regla es el momento en el que más mujer te sientes y eso implica mucha paz contigo misma y con tu contexto. Dicho esto, el sexo es una de las mejores formas de comunicarte y crear vínculos con otras personas, ¿qué mejor momento para hacerlo que cuando te encuentras con los chacras alineados y la energía en su mejor punto?
Además de los motivos positivos para el sexo (sola o acompañada) durante la fase menstrual me gustaría desmontar los negativos. Para empezar: no señores, no da asco. Entiendo que podáis pensar que es una elección personal, pero creo que no sois conscientes de lo imbuidos que estáis por la cultura en este sentido. Hay autoras que defienden que si menstruáramos agua en vez de sangre también se desarrollarían hacia nosotras sentimientos de asco y rechazo, porque en realidad, tiene más que ver en las connotaciones con la impureza que con el propio hecho en sí.
Gracias a las diosas, he encontrado a hombres que han superado todos estos prejuicios y estereotipos y con los que he follado mientras menstruaba de una manera muy placentera y natural. Como en todo, también en esto hay grados. Estando con la regla he encontrado: chicos que sólo estaban dispuestos a la penetración y con condón, chicos que también se quedaban en la penetración, pero no les importaba si había condón o no, chicos que me han manoseado con la copa puesta de forma exterior y, tengo un recuerdo especial, de un amante obsesionado con comerme el coño en cualquier circunstancia, que llegó a quitarme un tampax tirando del hilillo con los dientes para poder seguir proporcionándome sexo oral en toda su plenitud. Al final no es más que sangre, por muchos elementos que le queramos añadir, y en el sexo de verdad, los fluidos son sólo una parte más de la diversión.
Sí ya sé que se puede manchar, que es un rollo etc etc pero esos son excusas vacías ante el verdadero deseo. Todo lo que implica se puede resolver después, como tras cualquier otro encuentro, nada que una ducha y una lavadora no puedan solucionar, tampoco es para tanto el desastre.
Para ser justa, soy consciente de que en muchos casos la regla supone un impedimento para el sexo por culpa de la parte menstruante, somos nosotras las que esgrimimos asco, culpa, vergüenza e incomodidad para que durante esos días del mes no seamos seres sexuales. Por lo tanto, chicos y chicas, olvidaos de todas esas ideas absurdas en las que nos hemos socializado, disfrutemos del sexo en todas sus variedades y no nos saltemos una que, además, es muy divertida y proporciona mucho placer.