Etiqueta: prejuicios

  • Educación Sexual

    Educación Sexual

    Amig@s guarreras, hoy os voy a hablar de la importancia que han tenido mis padres y en especial mi madre, en mi vida sexual. Y diréis, ¿pero qué mierdas dice este cabrón perturbado?, pues lo que leéis amig@s, que gracias a mi padres, mi vida sexual en su plenitud es mejor. 

    Dicho esto, ahora es cuando empiezo a explicarme para que no creáis cosas raras y este artículo acabe en manos de @policia.

    Mis padres, desde que soy pequeño, han hablado de sexo de forma abierta y sincera delante de mi hermano y de mi y eso ha hecho que crezcamos siendo personas sin prejuicios sexuales de ningún tipo. En mi casa siempre ha habido normalidad absoluta a la hora de tratar los temas relacionados con el sexo y eso ha hecho que cuando han surgido dudas o problemas, mi hermano y yo hemos podido consultar a nuestros padres sin vergüenza o miedo a una mala repuesta.

    Cómo ejemplo siempre cuento una anécdota que deja claro todo esto que os digo. Cuando era pequeño y no me quería duchar (era amante de la mugre) mi madre, para que entendiera que me tenía que duchar, no me decía cosas del tipo «si no te duchas vas a oler mal y nadie va a querer acercarse a jugar contigo». A mí mi madre me decía «hay que ducharse, porque luego querrás que las niñas te chupen la cola y sucia nadie va a querer». Cierto es que yo a mis 8/9 años pensaba, «¿Pero a mí por qué me va a querer chupar la cola nadie? Qué miedo joder». Pero por otro lado y sin darme ni cuenta, me hacía ver con naturalidad algo tan cotidiano y tan normal como las mamadas y cuando he sido lo suficientemente maduro para andar metido en esos líos, no he tenido prejuicios ni vergüenza ninguna ante una situación asi, lo que ha hecho que me desenvuelva con naturalidad y sin ningún tipo de remilgo ni miedo. Con esto no quiero decir que haya que ser tan directo o explícito, pero sí que este método me parece el mejor para encarar algo tan complejo como la educación sexual. Que mi madre y mi padre trataran los temas sexuales con normalidad y los hablaran delante de mi hermano y de mi como se habla de cualquier otra cosa, me ha hecho ser una persona libre y abierta en el mundo sexual. Y cuando digo mundo sexual no me refiero solo a practicarlo, sino a hablar sobre ello, a preguntar, a contar, a indagar…. En definitiva, a no tenerle ningún miedo ni respeto excesivo.

    Evidentemente la experiencia es un grado y tener abierta la puerta a la comunicación con alguien con experiencia como una madre o un padre, con la confianza que se tiene normalmente con ellos, es un auténtico filón.

    Creo firmemente que gracias sobre todo a mi madre, soy un tío abierto sexualmente, que habla, escucha, opina, comparte y práctica el sexo sin ningún tipo de tabú y además también creo que esto, por consecuencia, hace que el sexo que pueda llegar a tener sea más satisfactorio. Podría decir que gracias a mis viejos y a la educación que me han dado follo mejor y eso es algo que debo agradecerles eternamente.

    Aclarado esto, (puede descansar señor policía), os animo a todos a que habléis de sexo con vuestros hijos como el que habla de fútbol, esto hará que crezcan sanos mentalmente y libres.

    Dadle caña y dejaros de prejuicios y vergüenzas, que no sirven para nada.

    Juanma Vázquez

    Imagen: httpwww.drgen.com.ar201008educacion-sexual-matematicas

  • Juguetes y machitos

    Juguetes y machitos

    Hoy os traigo un tema que me apetece mucho tocar y que creo que es un poco tabú para algunas personas: los juguetes sexuales.

    Si amigos, es un poco osado lo que digo y muchos pensaréis que estoy loco, pero los juguetes sexuales, en cierta parte de la sociedad es un tema totalmente tabú. Para otros ya sé de sobra que será el día a día y que los disfrutáis y compartís con todo el que podéis, pero siento deciros que este artículo no es para vosotros.

    Este artículo es para esa gente que ve tan lejos un dildo como la independencia de Cataluña. Esa gente, que, en mi más humilde opinión, se está perdiendo un mundo maravilloso.

    Muchos pensarán que el mundo de los «juguetes» sexuales empieza en el lubricante y acaba en el dildo, pero no amigos, juguetes sexuales hay para dar y tomar, de todos los colores, olores y sabores y por supuesto, para todos los gustos, y desde aquí, con todo mi cariño y mi altruismo, porque os quiero abrir vías de placer sin ganar nada a cambio, os animo a que busquéis el vuestro.

    Hace un tiempo creía que el mayor tabú ante los juguetes sexuales venía por parte de los hombres, que ante la mayoritaria creencia de que el dildo es casi la única opción, se sentían cuestionados o comparados y tenían cierto miedo a «perder» esa batalla. Esto, aunque me gustaría no tener ni que aclararlo, evidentemente es una tontería. Hay muchísimos más juguetes súper placenteros e interesantes y aunque no los hubiera, el dildo jamás es un sustituto (excluyendo el onanismo, lógicamente) sino un complemento. Puede que, de primeras, a los hombres más cerrados les cause cierto rechazo tener entre sus manos un trozo de látex (los hay de materiales maravillosos, pero ejemplifico con el más básico) con forma de polla, una vez le pierdes el miedo y lo tomas como un aliado y no como un enemigo…la cosa cambia.

    Incluso los juguetes que se venden como femeninos tienen una gran variedad de aplicaciones en la anatomía masculina. Cualquier cosa que vibre es hiper placentera en los testículos o en el perineo. Para los que disfrutan de su analidad (hetero u homosexual), la estimulación de la puerta trasera multiplica las sensaciones orgásmicas (científicamente demostrado) y los suaves acabados de estos juguetes son ideales para masajear el pene arriba y abajo. Además, la industria de los juguetes se está diversificando y abriendo nuevas fronteras y la sección de productos pensados para las personas con pene cuenta ya con una variedad altamente atractiva.

    Pero con el tiempo y hablando del tema con gente de ambos sexos, me di cuenta de que los hombres no son los únicos con trabas y tabúes ante este mundillo. Las mujeres, por increíble que al menos a mí me parezca, seguramente influenciadas por esta sociedad tan machista y tan cerrada, también tienen un montón de problemas respecto a este tema y es que, según en que círculo de gente te muevas, es complicado mostrar abiertamente tu interés por ciertos artículos. Juntando estos prejuicios (y muchos más) que creo que tienen muchos hombres y mujeres, el resultado no puede dar otra cosa que un rechazo al mundo de los juguetes y un más limitado desempeño sexual.

    Parece mentira que algo que sólo viene a ofrecerte placer sin contraindicaciones esté tan sumamente castigado socialmente; ¿estamos acaso aún centrados en el sexo reproductivo que deja de lado la importancia de su parte comunicativa y placentera? Las mujeres siguen sin entender que su disfrute no es algo secundario y los hombres que el sexo no es una competición en la que tengan que demostrar nada por ellos mismos.

    Evidentemente no vengo a decir que los juguetes sean necesarios, ni mucho menos, pero sí que dan en ciertos momentos un plus a cualquier relación sexual. Sobre todo, cuando se empieza a volver monótona.

    Vuelvo a retomar en este punto el tema de la variedad, en la cual siempre está el gusto, ya que como os he dicho, el catálogo de juguetes sexuales es prácticamente infinito y de hecho, una actividad divertidísima y muy sana, es entrar en un sex shop físico o en una web y echar un ojo a todo lo que se ofrece allí y si lo haces en compañía de la persona con la que lo vas a utilizar…la cosa se multiplica por dos.

    En fin, amigos, que lo que os vengo a decir es que hay que dejar atrás los tabúes, el que dirán y las tonterías que la sociedad nos mete en la cabeza. El sexo está para disfrutarlo al máximo y si cualquier tipo de pequeño artilugio o aparato nos sirve para maximizarlo…ya estamos tardando en dar el paso e introducirlo en nuestras relaciones.

    Buscad el juguete que os guste y os apetezca probar y a disfrutar como cabrones y si podéis, dejad atrás los prejuicios y recomendadle abiertamente a vuestros amigos y conocidos el uso y disfrute de estos.

    A follar se ha dicho.

                    Juanma Vázquez