Etiqueta: fluidos

  • EscrupuQUÉ?!

    EscrupuQUÉ?!

    Amig@s guarreras, hoy os vengo a hablar de un tema que creo que tiene demasiado subyugada a la gente y que ya es hora  de que nos liberemos de él. Hoy os voy a hablar de los escrúpulos en el terreno sexual.

    Ahora es cuando pensaréis que todo el mundo tiene escrúpulos o que a todos nos da asco algo y que eso es incontrolable y sí, es cierto, pero hay que diferenciar del asco preestablecido por prejuicios, educación o cualquier otra mierda inculcada y del asco innato, el que es incontrolable e irracional.

    Me explico. A mí por ejemplo me da un asco descomunal el salmón. Su olor, su sabor, su textura, su color….todo. Me da puto asco. Y os juro que he intentado comerlo, cocinarlo para otras personas o manipularlo, pero cada vez que lo hago me dan arcadas. Hasta aquí todo en orden, todos podemos tener asco de este tipo a cualquier cosa y nadie nos puede criticar por ello, pero ahora bien, pararos un momento a pensar cual es vuestro salmón.

    En el terreno sexual hay muchos prejuicios y escrúpulos que aunque creamos que son un salmón de turno, nos vienen dados por muchas razones externas a nosotros. Hay ciertos prejuicios extraños que nos hacen creer que algo nos da asco de forma innata cuando en realidad, de una forma u otra, se nos ha llevado a que sea así.

    Pensar por ejemplo en un culo. Nadie a priori se quiere comer un culo, ¿por qué? Porque en teoría es algo sucio, algo que según los cánones preestablecidos, no se chupa ni se come. Pero eso sí, siempre está el morbo de querer penetrarlo (y en esto puede parecer que hablo solo de los hombres, que quieren follar culos a toda costa, pero no, conozco montón de mujeres que también sienten curiosidad y quieren jugar con el ano de sus compañeros de batallas sexuales). ¿Y de donde sale este morbo? Pues la respuesta más obvia en la mayoría de los casos es esa, porque está “prohibido”.

    Entonces bien, yo planteo, si a muchos nos atrae la idea de el sexo anal solo por ser algo “prohibido”, ¿no creéis que también nos puede dar cierto reparo comerlo, tocarlo o interactuar con el ano precisamente por lo mismo?. O sea, ¿cuánto tiene el tabú de comerse un ano de innato y de que nos de asco real e incontrolable y cuanto tiene de cuento chino que nos han contado?.

    No sé si se me está entendiendo bien a donde quiero llegar, pero básicamente y para ser más claros, lo que os quiero decir es: DEJAROS DE PUTOS PREJUICIOS Y ESCRÚPULOS DE MIERDA Y PONEROS A COMER COÑOS, POLLAS, CULOS, BOCAS, PIES Y LO QUE OS APETEZCA. DISFRUTAR DE LA CORRIDA MASCULINA, LA FEMÉNINA, EL PRESEMINAL, EL FLUJO VAGINAL Y DE TODO LO QUE VUESTRO CUERPO GENERE POR MERA EXCITACIÓN, PORQUE JODER, ESO ES EL PUTO SEXO.

    Siento tener que usar mayúsculas, pero es que este tema me tiene ya un poco frito. El sexo es maravilloso y hace que los cuerpos se comporten y respondan de una manera especial y muy concreta. Disfrutemos de esto y dejémonos de tonterías impuestas por la sociedad. Que entiendo que haya alguien que por algo raro e innato no pueda aguantar el olor, sabor, tacto o textura de alguna cosa que el sexo le brinde, pero será de una y de forma puntual, no de una retahíla de cosas que vetemos por “asco”.

    En fin señor@s, que disfruten del puto sexo sin tanto prejuicio joder, que hasta el salmón con un poco de mahonesa para que no sepa mucho….se puede comer.

    Juanma Vázquez

  • La regla es que se folla

    La regla es que se folla

    Este artículo pretende ser una oda a la combinación entre sexo y menstruación. Y es que, como diría Sabina, nos sobran los motivos para defender estas situaciones. Aumenta la lubricación, todo está más hinchado y sensible (por la acumulación de sangre y de hormonas) haciendo que las sensaciones sean exponencialmente mejores, y en muchos casos, la libido femenina está por las nubes ¿qué más se puede pedir?.

    Además de todos estos argumentos físicos, existen no menos razones psicológicas y emocionales. Como ya dije, la menstruación es en realidad, un momento de equilibrio y conexión con una misma. Bien gestionado, la regla es el momento en el que más mujer te sientes y eso implica mucha paz contigo misma y con tu contexto. Dicho esto, el sexo es una de las mejores formas de comunicarte y crear vínculos con otras personas, ¿qué mejor momento para hacerlo que cuando te encuentras con los chacras alineados y la energía en su mejor punto?

    Además de los motivos positivos para el sexo (sola o acompañada) durante la fase menstrual me gustaría desmontar los negativos. Para empezar: no señores, no da asco. Entiendo que podáis pensar que es una elección personal, pero creo que no sois conscientes de lo imbuidos que estáis por la cultura en este sentido. Hay autoras que defienden que si menstruáramos agua en vez de sangre también se desarrollarían hacia nosotras sentimientos de asco y rechazo, porque en realidad, tiene más que ver en las connotaciones con la impureza que con el propio hecho en sí.

    Gracias a las diosas, he encontrado a hombres que han superado todos estos prejuicios y estereotipos y con los que he follado mientras menstruaba de una manera muy placentera y natural. Como en todo, también en esto hay grados. Estando con la regla he encontrado: chicos que sólo estaban dispuestos a la penetración y con condón, chicos que también se quedaban en la penetración, pero no les importaba si había condón o no, chicos que me han manoseado con la copa puesta de forma exterior y, tengo un recuerdo especial, de un amante obsesionado con comerme el coño en cualquier circunstancia, que llegó a quitarme un tampax tirando del hilillo con los dientes para poder seguir proporcionándome sexo oral en toda su plenitud. Al final no es más que sangre, por muchos elementos que le queramos añadir, y en el sexo de verdad, los fluidos son sólo una parte más de la diversión.

    Sí ya sé que se puede manchar, que es un rollo etc etc pero esos son excusas vacías ante el verdadero deseo. Todo lo que implica se puede resolver después, como tras cualquier otro encuentro, nada que una ducha y una lavadora no puedan solucionar, tampoco es para tanto el desastre.

    Para ser justa, soy consciente de que en muchos casos la regla supone un impedimento para el sexo por culpa de la parte menstruante, somos nosotras las que esgrimimos asco, culpa, vergüenza e incomodidad para que durante esos días del mes no seamos seres sexuales. Por lo tanto, chicos y chicas, olvidaos de todas esas ideas absurdas en las que nos hemos socializado, disfrutemos del sexo en todas sus variedades y no nos saltemos una que, además, es muy divertida y proporciona mucho placer.

    Azalí Macías