Amig@s guarreras, hoy os quiero traer una pequeña vivencia que espero que os pueda ayudar en el futuro. Es algo que me ocurrió una buena tarde de onanismo.
Me estaba haciendo una pajilla, como tantas otras veces y todo iba bien. No me dolía nada, no me molestaba, se puede decir que iba todo como la seda. El problema vino cuando me corrí y pude apreciar en el papel donde había depositado mi semen que este tenía coágulos de sangre.
Mi primera reacción, como es lógico, fue cagarme de miedo. No sabía que coño había podido suceder pero estaba claro que aquello ni era normal ni era bueno. Rápidamente, como acto casi reflejo, me metí en internet a informarme sobre el tema. Después de ver varios motivos chungos que podían causar esto (en internet hay tanta info que uno se puede cagar en los pantalones leyendo), llegué hasta la causa más normal de esto. Parece ser que muchas veces, sin darnos cuenta, sufrimos algún tipo de traumatismo en los testículos y esto hace que se genere un coágulo interno de sangre. Digamos que es como un moratón, pero dentro de los huevos. Esto lo que hace es que cuando te corres, ese coágulo se monta en el tobogán de la corrida y sale junto al semen.
Lo importante de todo esto es que no tiene mayor relevancia y una vez lo has echado no causa ningún tipo de problema más.
Aún así después de leer todo esto, me mentalicé y me hice otra paja (esta vez por sanidad) y comprobé que efectivamente ya no quedaba ni rastro de aquellos restos de sangre. A medida que fueron pasando los días seguí atento por si acaso y comprobé que efectivamente, no había sido más que un pequeño coágulo furtivo.
Con esto lo que os vengo a decir es que si os pasa algo así, no os alarméis demasiado, comprobad que ha sido algo puntual, que es un pequeño coágulo dentro del semen y que no queda rastros en las siguientes corridas y, evidentemente, si veis que sigue habiendo restos de sangre o que no tiene la apariencia que yo os he narrado, id al médico.
Imagen: ALLANSWART/ISTOCK/THINKSTOCK